¡Galletitas y crackers 0 harina 0 azúcar!

Estas opciones son ideales para no consumir harinas ni azúcar, y son saciantes tanto para el desayuno como en los entretiempos, cuando nos atacan las ganas de comer algo rico. El horneado suave es la forma de cocinar secando los ingredientes y no agrediéndolos con calor. DE esa forma se conservan los nutrientes esenciales y no sufrimos la leucocitosis post prandial. ¿Qué es? Ya te lo cuento en otro posteo próximo......

GALLETITAS PARA EL DESAYUNO: colocamos en remojo, 1 taza de damascos secos (o higos, ciruelas, duraznos, peras, lo que quieras), 1 taza de almendras o castañas de cajú y 5 o 6 dátiles.

Al otro día (u 8 hs. después), descarozamos los dátiles y procesamos todo con 1 cda. de aceite de coco, 1 cda. de canela, unas gotas de esencia de vainilla, y dos cdas. de coco rallado (o cacao amargo si te gustan de chocolate)

Formamos bolitas (porción del tamaño de una cucharada), las aplastamos y las ponemos en una placa de horno con aceite de coco o rocío vegetal.

Deshidratamos 2 hs. y media en horno mínimo (50° o poner una cuchara para que la tapa quede levemente entreabierta) . Salen unas 18 galletitas-tortitas. Una vez frías las podés guardar en frasco o lata para que te duren unos días.

¡¡A disfrutar sin culpa!!!

CRACKERS PARA EL APERITIVO: remojamos en la noche anterior dos tazas de trigo (puede ser cebada, mijo, sarraceno, lo que desees siempre que sea el grano y no la harina).

Procesamos el trigo remojado con 1 tomate perita pelado, sal marina, dos cdas. de aceite de coco y las hierbas aromáticas que desees (yo le puse romero), pero también podés agregar ajo, cebolla, aceitunas, etc.

Esparcimos en una placa de horno con el grosor de 2mm. aprox., y dibujamos las divisiones con un cuchillo.

2 hs. de horno al mínimo también, y cuando estén crocantes y doraditas, están listas para untar. ¡Buen provecho!